No pienso en nada. Mi mente parece estar de acuerdo con la luz y la oscuridad. No me gusta la oscuridad es solo que me martirizo en intentar sentirme bien con esa parte en donde la luz es lo contrario. Los vuelos son casi como ir y regresar en el mismo lugar, en ocasiones se piensa que se avanzó un gran tramo, la triste realidad es que quizás se avanzó una milésima de segundo. No me importaría avanzar una milésima de segundo en cada viaje. La vida es corta no me puede generar placer creer que se ha ganado algo cuando se pierde casi todo en el intento, aún así se intenta mantener la respiración en su estado natural.
Las canciones mientras los árboles desaparecen a través de la ventana del auto, esas canciones ya no tienen el mismo efecto de antes. Es probable que la enorme herida abierta esté sanando o quizás quedo tan expuesta que desarrolló una especie de resistencia. No lo sé extraño un poco de ese dolor, me hacía sentir estar luchando por algo. Los caminos ahora parecen sorprenderme estoy dejando que me arrastren creyendo que no será tan malo como parece.
Muchas tardes mire por la ventana esas tardes con luz color naranja, el sol se ocultaba despacio desprendiendo miles de pensamientos en mi mente, la mayoría imaginando una dimensión en donde las preocupaciones eran completamente distintas muy probable que ni siquiera fueran preocupaciones solo calma y libertad.
Marcharse y retornar no parecen cambiar de paisaje, me obligó a pensar que no lo extrañaré pero algo poderoso me hace querer regresar y quedarme a salvo sumergida en las manos de alguien más; pensando que la vida se trata de eso, es mentira tu sabes que estas completo. Cuando no pienso en extrañar el lugar, mis pensamientos son alentadores me obligan a tomar una decisión que cambie todo para que no quede nada de aquella marcha y aquel retorno.
La lucha le da sabor a lo que veo y siento, no puedo exigir más opciones; los caminos no se abren con solo desearlos. Se tiene que sacrificar algo ligado con el sentimentalismo que nos hace débiles y los recuerdos de algo que pudo ser pero por cosas que no estuvieron en mis manos jamás dieron lugar a una realidad completamente distinta. Es mi culpa deseé mucho esa realidad varías ocasiones en esas tardes con el sol naranja en mi ventana. Las cosas que surgieron después me llevaron desesperadamente a implorarle, se cumplió y el barco flota con una mirada fija sin parpadear. Parpadear lo hundiría.
Deseé que me agarraras fuerte para tener un recuerdo interesante y luego olvidarle, resultó que no valía la pena el riesgo pues estás tan ocupado siendo un completo idiota que no se da cuenta de su gran oportunidad, no te culpo tienes otras cosas por las cuales preocuparte, estar volando por ejemplo tu lo sabes. El cielo con la luz naranja se esfumó, la ventana ya no me pertenece desde aquí no puedo ver algo parecido, anhelo tener algo parecido. Poder verte hasta que te vuelvas en la oscura noche. El alma se ha descontrolado un poco pues desea nuevas aventuras, la cabeza fría no da lugar a nuevas aventuras es una batalla dura, aún así la razón sigue siendo el combustible de la victoria.
Escucho sonidos de aves negras, las veo en la nueva ventana de la cocina en donde preparo mis desayunos. Al principio me molestaban su ruido me quiebra la cabeza, eso cambio me gusta observarlos. Seria mas fácil si fuera una ave negra, sería menos pesada y podría volar al árbol más alto para quedarme allí durante las tardes y observar ese sol color naranja. Lo observaría con paz no podría desear algo mejor, sería una tonta si lo hiciera, podría verlo todo. La valentía se puede demostrar con pequeños actos, el resultado de ella es satisfactorio tanto como despertar cada día con motivación para continuar, me gusta eso.
Fotografía Tomada De Pinterest
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