Cantar, bailar y comer pastel en nuestra terraza

Febrero 2020

Corazones rojos saliendo del pecho del enamorado arrancando los brotes de sentimientos, tiene mucho miedo a salir herido. Me dijo que nadie antes le había dicho que lo amaba, como nadie pudo amarte antes pequeño ángel, quizás diste la impresión equivocada mi dulce amor. Mi alma agradeció que la amaras cuando me mostraste un poco de lo que te gustaba, tienes miedo a las serpientes no te harán daño mi amor, seguro se me olvido contarte las veces en las que me he convertido en una. Escuchaste las historias que partieron mi corazón, no me abrazaste no tuviste lastima de la hija de la Reyna Isabel tu solo agarraste sus manos para mostrarle el camino que lleva hacia adelante.

Estas lejos de la casa original, querías defenderte de tus agresores solo huiste de aquello que no tuviste el valor de enfrentar, no te dejaron hacerlo. Despertaste demasiado pronto ese miedo hizo que construyeras una casa improvisada para resguardarte, no entiendes el amor como los demás lo hacen, tú tienes una idea de lo que es y fue lo que me hizo enamorarme. Conoces la vida muy adelantada a tu época, yaces de los cielos del futuro muy muy lejano, estoy feliz de que me encontraras. Besos en toda la cara a mi amado hombre, te llevo en mi corazón sin importar la existencia de un final de nuestra unión. Se que estarás para mi, estaré para ti por siempre.

Me llevaste a los lugares que solo existían en mi mente, no tenias ni un solo centavo en los bolsillos y me hablaste de recorrer el mundo juntos. No conoce el egoísmo tu bonito corazón, llevas en la sangre roja tu divinidad que no puedes nombrar. Dices no creer que ningún Dios pero muestras con acciones todo lo que Dios significa, eres su reflejo puro y no puedo dejar que mi amor se calme cuando lo veo a él en ti. Hiciste los viajes necesarios para hacer feliz a la mujer de la cual te enamoraste, la escuchaste enseñarte algunas reglas tontas de la vida mientras te acariciaba la carita. Sufriste la separación de lo que un día creíste tu familia, eres la miel de las abejas escondida en los bosques vírgenes, no pides nada a cambio por tu inmenso amor tu sabes perfectamente el verdadero significado de amar.

Fotografía por Alex Azabache

Mi dulce amor cuanto quisiera que nuestra historia permaneciera intacta viviendo en un prado verde con muchas flores, nuestra casa de madera pintada de blanco estaría detrás de nuestros cuerpos corriendo. Recogerías las flores frescas para llevarlas a la mesa, jugarías con la perrita en nuestro precioso jardín y seguro nuestro hogar estaría un poco retirado de la civilización no importaría nuestras almas respirarían tan cerquita. No quiero ser la esposa tradicional no me gusta la creación de esa equivocada idea, te consentiría con los postres de las harinas que cuidan el cuerpo, acompañaríamos con café con el delicioso pastel mientras el sol se esconde en las montañas verdes que veremos desde la terraza. El gato se posara en el tejado, los amigos vendrán a cantar canciones los fines de semana, bailaremos al sonido de la vieja guitarra que tocaste para mi aquella tarde en la habitación con el tragaluz en forma de arco.

Fotografía por Alex Azabache

Italia la bonita flor hiciste que me enamora de tu descripción aun cuando nunca estuviste ahí antes, me llevaste a saborear la deliciosa pizza que salio del horno de tu casa; coloreaste con albaca los platillos europeos que serviste a nuestra mesa, aprendiste del napolitano que con sus risas te enseño un poco de su cocina. Soy dichosa de tenerte en mi vida estoy agradecida por nuestra unión se que dije muchas veces que no podía prometer un para siempre juntos pero nunca se trato de esas palabras sin sentido, estamos para siempre en nuestros prados llenos de flores eso nadie nos lo podrá quitar.

Fotografía por Alex Azabache

No puedo felicitar nuestra historia en su día especial, lo único que quiero hacer es agradecer nuestros días de cercanía esos en los cuales permanecemos juntos con solo sentirlo, estarás en alguna cocina preparando algo para los dos, te daré una sonrisa de lejitos para anunciarte mi felicidad. Rezare antes de cerrar los ojos por nuestras vidas juntas y separadas, pediré para que tu luz nunca te abandone, mis plegarias serán escuchadas por nuestro Dios que llevamos dentro. Estaremos bien sin importar lo lejos que nos ponga la vida, besaremos la frente de quien nos presento en aquel viejo tren, no tenemos que bajarnos en ninguna parada y despedirnos para siempre; quizás lo único que hagamos sera explorar separados los rincones para contarnos las grandes historias, justo en nuestra terraza tomando aquel café con el pastel que prepararé ¿lo recuerdas?

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