Febrero 19
Campanas de la iglesia la que se destruyó a golpes por la envidia. La tierra desbordaba por los muros que lejos estaban de fuertes ser. Se contaron los secretos en su corredor, las arañas salieron para asustar a las brujas disfrazadas de ángeles, los hombres que creían sentir amor se encerraron con las amantes en los baños de madera. Salió aquella tarde para realizar el primer rezo a Dios no sentí que me escuchaba salí corriendo a los brazos de mi tía para preguntar por qué el buen señor no parecía responder a mis súplicas, ella dijo que debía permanecer hincada hasta que las rodillas me dolieran, luego la cara se tenía que llenar de lagrimas solo asi él escucharía.

No tenía ganas de llorar no le encontré sentido a sufrir para ser escuchada, mi mente envío señales de seguridad al pequeño cuerpo estaba convencida de las palabras de la tía Orfilia, regresó a la iglesia para hincarse y rezar. Las rodillas empezaron a doler, el llanto que esperaba salir no se reflejaba por las mejillas. De regreso a la cocina de la Argentina otra vez; preguntándole a mi tía por qué las lagrimas no salían, le pedí que me pegara fuerte para llorar de dolor, se echo a reir por la insistencia de la pequeña niña que desesperaba estaba por ser escuchada. Unas palmadas sonaron en mi espalda no me dolieron. Recordé el abandono de la Reyna Isabel fue cuando las lagrimas empezaron a salir por montones.

De nuevo en el altar para el desconocido me acerque al lugar sagrado para decir mis primeras oraciones. “Dios estoy aquí hoy con estas lágrimas que me llenan de tristeza, al principio solo las llame para que me escucharás, lo que tuve que dar a cambio de tenerlas fue tan doloroso supongo que despertó mis verdaderas intenciones de venir aquí hoy, querido Dios soy una buena niña necesito que mi mamá regrese, mi abuela Argentina me quiere mucho yo sé que estaré bien si ella esta cerca pero querido Dios no es lo mismo; aveces la abrazó fuerte tratando de sentir a mi madre en ella, me duele que las personas aquí se esfuercen por ignorar los sentimientos, nadie parece comprender mi dolor estoy muy cansada de vivir sin mi madre me hace llorar recordar como mi tío me dijo el otro día que la Reyna Isabel no me quería; la defendí con todo el amor que siento por ella, el tío Manuel soltó carcajadas recordando que mi madre me había negado para vivir con su nueva familia. Dios sé que es difícil lo que estoy pidiéndote ahora pues no sé porque mi madre me dejo aquí, porfavor buen Dios haz que regrese por mi ya veras como el tio Manuel se sorprenderá al ver que ella si me quiere”.

La pequeña niña llorando frente al altar, la tía Orfilia seguro pensó que se trataba de un juego en el cual yo buscaba ver a Dios, no se dio cuenta de las lágrimas eran auténticas de un profundo dolor que lejos estaba de sanar. Dios nos escucha siempre, no se debe sufrir el dolor de rodillas hincadas en un altar no tienes que pensar que el solo responde a las buenas personas, el verdadero Dios es mas grande de lo que te puedas imaginar. El me escucha desde mi creación me ha llevado por senderos desconocidos para que pueda experimentar y de esa forma conocerse. Me ha enseñado a ser valiente en los agujeros que otros me metieron, tuve que agarrar fuerte el cuerpo para moverlo a las coordenadas que me envío desde el futuro.

Gracias Dios por dejarme ver que no debía comprender el daño de otros, solo fijar la mirada a mis acciones para no repetir todo aquello que solo me alejaría del cielo que puedo crear, no estuve en las puertas del infierno ningún dolor me ha llevado a ese lugar oscuro, no podría hacerlo jamás. He sido causante de la indiferencia de aquellos que se creyó debían amarme. No se debe cargar con las creaciones de otros soltar todo aquello que nunca fue nuestro. Estar abiertos para amar todo lo que podamos pues el amor es lo único que sabemos hacer a la perfección aun cuando esa verdad se nos duerma. Que sea el amor que nos mueva a mares lejos de todo lo que no queremos ser. Seremos los ángeles de los menos favorecidos, no arrojaremos el papel que creíamos solucionaría los problemas, agarraremos fuerte de las manos para que puedan ver la luz, solo despiertos podrán avanzar a la nueva vida que tanto ha aguardado por ellos desde el pasado.

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