Corriendo fuera de casa para dar tu bienvenida se que te escondías en los capullos de la oruga. Mi dulce amor esta cortando la flor de color lila para mi, rogué para que tus pies no cortara, él muy seguro me dijo que te había pedido permiso. Regresamos por la carretera que esconde la felicidad, ahí pude ver como el calor te marchitaba. Dije gracias por venir y te deje en la delantera encerrada, derritiéndote como un helado.
Del amante nació el amor para tus colores, despertó preocupado por tu inevitable perdida. Me dijo seguro que te pusiera en agua, nos despedimos con el beso rápido que nos roba el tiempo; llegue a casa y te puse en mi jarrón favorito. Ahí estas preciosa flor tratando de sobrevivir a un permiso que nunca diste. Es por fin tu temporada de brillar a salvo de los cerdos que no pueden salir de casa.

Salió corriendo la Dominica a tu encuentro y fue amable contigo. Ella quiso sentir el olor al polen por primera vez. Se hizo amiga de tus compañeras flores, les pidió permiso con una preciosa sonrisa para correr por el prado. Tiene un hogar como el que construyes cada vez que regresas, seguro algo es diferente para ti pues esta vez las hadas lograron crear sin prisas.

Los cuerpos se sentaron para verte llegar, se cerraron los ojos para inducir al sueño profundo. Se torno al agradecimiento oceánico al poderte ver tan pura como la primera vez. Abrazamos las raíces que nos conectaron. La realidad que nunca nos ha traído nada verdadero nos quiere cortar para alejarnos de nuestra verdad cuando estamos juntos.

Se sufrió por el amor a cantidades en los años inocentes, hoy no se puede controlar. Se salió de las manos el reconocimiento de los seres sedientos del buen afecto. Te iras en los tiempos cercanos no sabemos si volverás con el mismo brillo, algo tiene que cambiar después de tanto encierro. Esperemos que las bestias se trasformen en seres humanos con el amor que creen solo traerá sufrimiento.

Primavera entraste por mis ojos llevándome a reconocer el lugar que se me dio en mis sueños, estaba tan lejos de la tierra fértil. Se nos había mandado a un agujero casi inhabitable, corono asimismo el hombre con sus falsas promesas, no llegas primavera al país del que todos quieren salir.

Camine los primeros días que llegue para reconocerte y sentí la libertad vibrando desde los poros. Pareciera como si buscase ciegamente la cárcel a la que nunca querré entrar. No puedo decir que soy la señora libertad si los huesos quieren juntarse con los otros en el saco de la monotonía.

Me llenaste de palabras como las que le dijiste a los demás, no puedo encerrar los cuerpos con un candado para que nadie los pueda tocar. Gritaras mi nombre hasta el amanecer y después con los ojos hinchados reconocerás tus mentiras. Miraré por la ventana a mi nueva amiga la estación llena de flores que tranquiliza el alma de los desconocidos.

Dejare los miedos en el agujero donde fueron aprendidos. Abriré el pecho con las manos para dejar entrar todo lo que tenga que venir. No categorizaré las cosas en buenas o malas solo viviré con la única fórmula que vengo siguiendo, lo que dicta mi sentir. Se ira quien se tenga que ir, se quedara quien pueda verme de verdad. Lloraré por lo que creí para siempre y agradeceré por lo inesperado que siempre es lo necesario. Tal y como me has enseñado primavera, se debe regresar sin importar los tiempos, seguro una de las tantas veces encontraras con lo que creíste imposible. Mas de cien años tuvieron que pasar para que la claridad y los peces regresaran a los canales que transportaban a los desconocidos.

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