Pequeñas florecitas despertando en primavera una estación que esta por comenzar. El diecinueve de marzo de este año se dio la bienvenida a las flores aquí en México, el invierno fue un poco duro con los fríos despiadados sin embargo trajo nuevos recuerdos que pasaran a la acumulación de experiencias que todos deberíamos descubrir. Viviendo con la naturaleza virgen cerca decidí salir a conocer un poco mas de los lugares de los que casi nadie habla. El estado de Puebla es muy grande y tiene mucho que ofrecer a las almas aventureras, desde paisajes hermosos para ver cómodamente hasta montañas con tesoros mágicos que invitan a explorar.

El pasado fin de semana me metí al cuento de Peter Rabbit. Me tomo una hora llegar desde Cholula hasta el rancho San Martin, un lugar que se convirtió en especial desde que baje del auto. Este sitio hace honor a la lavanda, aquí se cultivan estas hermosas flores para luego convertirlas en diferentes productos con procesos respetables al medio ambiente y con una historia maravillosa que contar en cada uno de ellos. Cada producto es hecho a partir de esta flor morada extrayendo su pureza, la que busca conectar con los sentidos humanos y ser parte de una piel sana.

Al llegar pude observar la sonrisa que no necesita fingir de sus colaboradores quienes amablemente nos guiaron por las tierras donde puedes escuchar los sonidos de la naturaleza mientras caminas por la montaña. Antes de descubrir sus tesoros las personas del rancho te enseñan en su pequeño taller como es el proceso para hacer aceites esenciales, te introducen al lugar desde su nacimiento, es esta la magia de este sitio. Dar valor a la sencillez del trabajo arduo en el campo, a simple vista no se ve pero son esas ropas con polvo de los artesanos que dan vida a los diferentes alimentos. Probar el exquisito panque de lavanda que con mucho amor preparan las manos bonitas y jugar con los perritos que corren libres escondiéndose entre los arboles.

La filosofía con la que viven estas personas sin duda es algo para admirar, te invitan a través de sus publicaciones en facebook a conocer su precioso rancho sin cobrar un solo centavo. Lleve a mi boxane de cuatro meses a explorar las tierras llenas de colores verdes y morados conectamos con la naturaleza y con las personas que entregan su corazón a las labores del campo. Valoro mucho que esta comunidad que pertenece a rancho San Martin exista, me hizo recordar esa calidez humana que últimamente es muy difícil sentir. Cuando visites este lugar se agradecido y amable con estas personas que valen el oro puro. Si llevas a tu perrito suéltale la correa y déjalo correr libremente. Conocerás a los perritos tan cariñosos que habitan el hogar de la lavanda.

México no deja de sorprenderme es esto lo que me hace amarlo. Se debe trabajar duro es verdad pero también se debe dejar y limpiar nuestro tiempo para las cosas que verdaderamente nos importan. Comprar los productos de la tienda de este rancho no solo será beneficioso para ti ya que como sabrás las propiedades de la lavanda son múltiples, la mas destacada es sin duda el olor que calma a las mentes inquietas. Comprando estos productos apoyaras también la increíble labor de estos colaboradores que viven trabajando con la naturaleza, creando conexiones mágicas. Es esto lo que realmente quieren dar a conocer, sus experiencias con el mas grande árbol hasta la madre que acaba de dar a luz a sus conejitos.

Aqui conocerás los distintos tipos de lavanda y escucharas algunas anécdotas de los guías, aprenderás sobre distintos tipos de plantas que también se cultivan en estas tierras. Seguro regresaras completamente feliz. Cuando el recorrido se termina puedes pasar a conocer la tienda, probaras un poco de panque de lavanda y si quieres puedes servirte una caliente y deliciosa taza de café que con muchísimo gusto ellos te compartirán, no dejes de comprar alguno de sus producto y agregarlos a tu colección que puedes empezar de cosas mágicas de Rancho San Martin. Sin duda la época mas preciosa para ir es en primavera no puedo esperar a regresar, tengo anotado el inicio de esta estación para respirar en los campos de lavanda.